Una vez vertido, el hormigón se consolida para eliminar bolsas de aire y lograr una compactación adecuada. Se aplican los toques finales a la superficie y se deja curar el hormigón antes de protegerlo y sellarlo para mayor durabilidad.
Deje que los bloques de hormigón curen en los moldes durante el tiempo recomendado, generalmente de 24 a 48 horas. Esto permite que el hormigón se endurezca y adquiera resistencia.
Seguir estos pasos asegura que sus bloques de hormigón vertido estén correctamente mezclados, vertidos, curados y terminados, resultando en bloques duraderos y de alta calidad listos para su uso en varios proyectos de construcción.